5.12.09

Tengo ganas


Tengo ganas de convertirme en tus alas y de ser el pegamento que te mantenga firme al piso.

Tengo ganas de convertirme en tu camino y de ser el lugar de donde jamás te vallas.

Tengo ganas de convertirme en tu utopía y de ser el razonamiento que conduce tu vida.


Tengo ganas de convertirme en tu obseción y de ser tu tranquilidad.


Tengo ganas de convertirme en tu ilusión y de ser tu realidad.


Tengo ganas de convertirme en tu verdad y de ser tu deseo.


Y es que tengo ganas de arrebatarte tu amor y de ser tu eternidad y de ser tu temor y temporalidad.


Por la brevedad del tiempo es lo que quiero ser y por lo inmenso de la mente es lo que deseo hacer.
LEYLA ANDREA

29.11.09

CLARO OSCURO

PODRIA VERTE AHORA MISMO Y QUEDARME CIEGA POR EL PLACER QUE ME DA EL ESTAR CONTIGO, PORQUE AUNQUE NO LO CREAS ERES OSCRUIDAD, OSCURIDAD MISTERIOSA, PENETRANTE, HERMOSA, IMPONENTE, iNDECIBLE, IMPENSABLE, INIMAGINABLE.

Pero entonces mi vista lin luz, sin color, sin contraste, sin observar los dulces rostro, sin escuchar las tiernas palabras, con la incertidumbre y el miedo a perder en cualquier momento la dicha que me da el apreciar a través de mis pupilas el mundo, aunque siempre tenga la tentación de sentir ese placer que sólo queda tener al lado de ti...

Leyand

19.11.09

Ahora, lo entiendo, tengo 22 años, caricias falsas que imitan a otras de chicos que pretenden conquistarme para luego botarme, asisto a una escuela de mentiras, escucho ideas superficiales de gente superficial, gente que desprecia las letras, la risa de los niños, el silencio de la soledad, las palabras de un abuelo… gente que dice que te quiere, siempre y cuando tú los quieras, que te condicionan, gente que se fija primero en cómo te ves, como te vistes, como sientes y al final en como piensas, gente que cree que el mundo va hacia una sola y estúpida dirección, yo no sé, yo no voy, no quiero ir…

Esto ya parece tan normal, pero está muy lejos de ser lo que yo pensaba cuando era niña…

Leyand

11.11.09

VIVO - FOBIA

Eres delicioso...

31.10.09

TE QUIERO



Tus manos son mi caricia
mis acordes cotidianos
te quiero porque tus manos
trabajan por la justicia
si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos
tus ojos son mi conjuro
contra la mala jornada
te quiero por tu mirada
que mira y siembra futuro
tu boca que es tuya y mía
tu boca no se equivoca
te quiero porque tu boca
sabe gritar rebeldía
si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos
y por tu rostro sincero
y tu paso vagabundo
y tu llanto por el mundo
porque sos pueblo te quiero
y porque amor no es aureola
ni cándida moraleja
y porque somos pareja
que sabe que no está sola
te quiero en mi paraíso
es decir que en mi país
la gente vive feliz
aunque no tenga permiso
si te quiero es porque sos
mi amor mi ccómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho mas que dos.

Mario Benedetti




25.10.09

Sin titulo

Acepto las limitaciones que tengo como humano
Y las frustraciones que de ves en cuando me atormentan con su peso
Acepto mis defectos y manías que no puedo evitar
Y mis fantasmas y temores que no me dejan en paz.

Y acepto también las cosas tristes que se pueden arreglar
Pero no las resuelvo porque me afianzo de ellas
Para que se vuelvan mis fortalezas
Para poder enfrentar con lo que más me duele
Mis limitaciones, frustraciones, defectos, manías, fantasmas y temores.

LEYAND

17.10.09

Mi poema favorito


Este poema definitivamente es mi favorito, bueno para ser más exacto el poema romántico que mas me gusta es este, porque hay otros de otros temas que también me apasionan, pero este en especial me encanta por el manejo de tesis, antítesis y la síntesis al final, además ame en verdad a quien me lo dedico hace ya algunos cuantos años, bueno pues disfrutenlo...

Definiendo al amor:

Es hielo abrasador, es fuego helado,
es herida que duele y no se siente,
es un soñado bien, un mal presente,
es un breve descanso muy cansado.


Es un descuido que nos da cuidado,
un cobarde con nombre de valiente,
un andar solitario entre la gente,
un amar solamente ser amado.


Es una libertad encarcelada,
que dura hasta el postrero parasismo,
enfermedad que crece si es curada.


Éste es el niño Amor, éste es tu abismo:
mirad cuál amistad tendrá con nada
el que en todo es contrario de sí mismo.

Francisco de Quevedo

5.10.09

A través de los sueños…

Hueles a tierra mojada
Y tu piel se siente como la arena del mar
Tus besos saben a café cálido
Y tus dedos dibujan sueños en mi profunda oscuridad

A través de los sueños…

Tú me dices que huelo a canela
Y mi espalda te sabe a chocolate
Mi piel es para ti un manto cálido
Y mientras yo te cubro
Mis dedos dibujan desvelos en tu infinita oscuridad

Y en los desvelos…

Tú risa me hace vibrar el corazón
mi mirada te describe lo que expresa el alma
y tú me revelas tus secretos
aunque sea inútil
pues yo ya los he conocido todos
porque sin darte cuenta
ya me los has revelado...


LEYAND

26.9.09

DESEO


Te seguiré hasta el final
te buscaré en todas partes
bajo la luz y las sombras
y en los dibujos del aire

Te seguiré hasta el final
te pediré de rodillas
que te desnudes amor
te mostraré mis heridas

Y con las luces del alba
antes que tú te despiertes
se hará ceniza el deseo
me marcharé para siempre

Te seguiré hasta el final
entre los musgos del bosque
te pediré tantas veces
que hagamos nuestra la noche

Te seguiré hasta el final
con el tesón del acero
te buscaré por la lluvia
para mojarme en tu beso

Y con las luces del alba
antes que tú te despiertes
se hará ceniza el deseo
me marcharé para siempre
y cuando todo se acabe
y se hagan polvo las alas
no habré sabido por qué
me he vuelto loco por nada

Te seguiré hasta el final
por la ladera del viento
para rogarte, por Dios
que me hagas sitio en tus besos

Y con las luces del alba
antes que tú te despiertes
se hará ceniza el deseo
me marcharé para siempre
y cuando todo se acabe
y se hagan polvo las alas
no habré sabido por qué
me he vuelto loco por nada

Y con las luces del alba
antes que tú te despiertes
se hará ceniza el deseo
me marcharé para siempre
y cuando todo se acabe
y se hagan polvo las alas
no habré sabido por qué
me he vuelto loco por nada.

Pedro Guerra

20.9.09

Pensándote

Te quisiera descubrir de a poco, en los ratos en los que no hay quien interrumpa en la mente nadie más que tú se pasea por aquí y me descubre, y mis pasos te siguen y aunque no quisiera nuestras voces se dividen en las esquinas como si pudieran esquivar los augurios de mí infinito destino, de este ciclo sin fin que parece que nunca termina, aunque no sé si ya comenzó…

Pero no importa, puedes seguir por aquí, descubriéndome, recreando historias, inventado otras, reinventando las heridas para no tener que cubrirlas y dejar que se curen por sí solas, y luego... reparas en el tiempo… ese señor que no se apresura en caminar, que se detiene y que nos envejece, que nos hace madurar y que nos demuestra que es él quien menos importa…

Y tú tan lejos, tan distante, no puedo comenzar a revelar todo lo que yo pienso en ti… quisiera, no sé... poder estar en tus pensamientos para poder yo pasearme por tu mente, pero, no estás… y aun no puedo comenzar a realizar lo que pienso, lo que siento, lo que proyecto, a veces quisiera no haberte elegido, pero ya es demasiado tarde, cuando me di cuenta tu mirada ya había cautivado a mi corazón, y ya no halle marchar atrás…retroceder…tal vez…

Esa sería una manera de aligerar la carga que llevo a cuestas, pero ¿sabes? Aún no me decido, no me atrevo, me afianzo a ti, aunque tú no lo sientas, yo estoy, aquí, junto a ti, qué ironía pero así es... aquí estoy…

LEYAND



8.9.09

Graffiti - Julio Cortázar

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A Antoni Tàpies


Tantas cosas que empiezan y acaso acaban como un juego, supongo que te hizo gracia encontrar un dibujo al lado del tuyo, lo atribuiste a una casualidad o a un capricho y sólo la segunda vez te diste cuenta que era intencionado y entonces lo miraste despacio, incluso volviste más tarde para mirarlo de nuevo, tomando las precauciones de siempre: la calle en su momento más solitario, acercarse con indiferencia y nunca mirar los grafitti de frente sino desde la otra acera o en diagonal, fingiendo interés por la vidriera de al lado, yéndote en seguida.

Tu propio juego había empezado por aburrimiento, no era en verdad una protesta contra el estado de cosas en la ciudad, el toque de queda, la prohibición amenazante de pegar carteles o escribir en los muros. Simplemente te divertía hacer dibujos con tizas de colores (no te gustaba el término grafitti, tan de crítico de arte) y de cuando en cuando venir a verlos y hasta con un poco de suerte asistir a la llegada del camión municipal y a los insultos inútiles de los empleados mientras borraban los dibujos. Poco les importaba que no fueran dibujos políticos, la prohibición abarcaba cualquier cosa, y si algún niño se hubiera atrevido a dibujar una casa o un perro, lo mismo lo hubieran borrado entre palabrotas y amenazas. En la ciudad ya no se sabía demasiado de que lado estaba verdaderamente el miedo; quizás por eso te divertía dominar el tuyo y cada tanto elegir el lugar y la hora propicios para hacer un dibujo.

Nunca habías corrido peligro porque sabías elegir bien, y en el tiempo que transcurría hasta que llegaban los camiones de limpieza se abría para vos algo como un espacio más limpio donde casi cabía la esperanza. Mirando desde lejos tu dibujo podías ver a la gente que le echaba una ojeada al pasar, nadie se detenía por supuesto pero nadie dejaba de mirar el dibujo, a veces una rápida composición abstracta en dos colores, un perfil de pájaro o dos figuras enlazadas. Una sola vez escribiste una frase, con tiza negra: A mí también me duele. No duró dos horas, y esta vez la policía en persona la hizo desaparecer. Después solamente seguiste haciendo dibujos.

Cuando el otro apareció al lado del tuyo casi tuviste miedo, de golpe el peligro se volvía doble, alguien se animaba como vos a divertirse al borde de la cárcel o algo peor, y ese alguien como si fuera poco era una mujer. Vos mismo no podías probártelo, había algo diferente y mejor que las pruebas más rotundas: un trazo, una predilección por las tizas cálidas, un aura. A lo mejor como andabas solo te imaginaste por compensación; la admiraste, tuviste miedo por ella, esperaste que fuera la única vez, casi te delataste cuando ella volvió a dibujar al lado de otro dibujo tuyo, unas ganas de reír, de quedarte ahí delante como si los policías fueran ciegos o idiotas.

Empezó un tiempo diferente, más sigiloso, más bello y amenazante a la vez. Descuidando tu empleo salías en cualquier momento con la esperanza de sorprenderla, elegiste para tus dibujos esas calles que podías recorrer de un solo rápido itinerario; volviste al alba, al anochecer, a las tres de la mañana. Fue un tiempo de contradicción insoportable, la decepción de encontrar un nuevo dibujo de ella junto a alguno de los tuyos y la calle vacía, y la de no encontrar nada y sentir la calle aún más vacía. Una noche viste su primer dibujo solo; lo había hecho con tizas rojas y azules en una puerta de garage, aprovechando la textura de las maderas carcomidas y las cabezas de los clavos. Era más que nunca ella, el trazo, los colores, pero además sentiste que ese dibujo valía como un pedido o una interrogación, una manera de llamarte. Volviste al alba, después que las patrullas relegaron en su sordo drenaje, y en el resto de la puerta dibujaste un rápido paisaje con velas y tajamares; de no mirarlo bien se hubiera dicho un juego de líneas al azar, pero ella sabría mirarlo. Esa noche escapaste por poco de una pareja de policías, en tu departamento bebiste ginebra tras ginebra y le hablaste, le dijiste todo lo que te venía a la boca como otro dibujo sonoro, otro puerto con velas, la imaginaste morena y silenciosa, le elegiste labios y senos, la quisiste un poco.

Casi en seguida se te ocurrió que ella buscaría una respuesta, que volvería a su dibujo como vos volvías ahora a los tuyos, y aunque el peligro era cada vez mayor después de los atentados en el mercado te atreviste a acercarte al garage, a rondar la manzana, a tomar interminables cervezas en el café de la esquina. Era absurdo porque ella no se detendría después de ver tu dibujo, cualquiera de las muchas mujeres que iban y venían podía ser ella. Al amanecer del segundo día elegiste un paredón gris y dibujaste un triángulo blanco rodeado de manchas como hojas de roble; desde el mismo café de la esquina podías ver el paredón (ya habían limpiado la puerta del garage y una patrulla volvía y volvía rabiosa), al anochecer te alejaste un poco pero eligiendo diferentes puntos de mira, desplazándote de un sitio a otro, comprando mínimas cosas en las tiendas para no llamar demasiado la atención. Ya era noche cerrada cuando oíste la sirena y los proyectores te barrieron los ojos. Había un confuso amontonamiento junto al paredón, corriste contra toda sensatez y sólo te ayudó el azar de un auto dando vuelta a la esquina y frenando al ver el carro celular, su bulto te protegió y viste la lucha, un pelo negro tironeado por manos enguantadas, los puntapiés y los alaridos, la visión entrecortada de unos pantalones azules antes de que la tiraran en el carro y se la llevaran.

Mucho después (era horrible temblar así, era horrible pensar que eso pasaba por culpa de tu dibujo en el paredón gris) te mezclaste con otras gentes y alcanzaste a ver un esbozo en azul, los trazos de ese naranja que era como su nombre o su boca, ella así en ese dibujo truncado que los policías habían borroneado antes de llevársela; quedaba lo bastante como para comprender que había querido responder a tu triángulo con otra figura, un círculo o acaso un espiral, una forma llena y hermosa, algo como un sí o un siempre o un ahora.

Lo sabías muy bien, te sobraría tiempo para imaginar los detalles de lo que estaría sucediendo en el cuartel central; en la ciudad todo eso rezumaba poco a poco, la gente estaba al tanto del destino de los prisioneros, y si a veces volvían a ver a uno que otro, hubieran preferido no verlos y que al igual que la mayoría se perdieran en ese silencio que nadie se atrevía a quebrar. Lo sabías de sobra, esa noche la ginebra no te ayudaría más a morderte las manos, a pisotear tizas de colores antes de perderte en la borrachera y en el llanto.

Sí, pero los días pasaban y ya no sabías vivir de otra manera. Volviste a abandonar tu trabajo para dar vueltas por las calles, mirar fugitivamente las paredes y las puertas donde ella y vos habían dibujado. Todo limpio, todo claro; nada, ni siquiera una flor dibujada por la inocencia de un colegial que roba una tiza en la clase y no resiste el placer de usarla. Tampoco vos pudiste resistir, y un mes después te levantaste al amanecer y volviste a la calle del garage. No había patrullas, las paredes estaban perfectamente limpias; un gato te miró cauteloso desde un portal cuando sacaste las tizas y en el mismo lugar, allí donde ella había dejado su dibujo, llenaste las maderas con un grito verde, una roja llamarada de reconocimiento y de amor, envolviste tu dibujo con un óvalo que era también tu boca y la suya y la esperanza. Los pasos en la esquina te lanzaron a una carrera afelpada, al refugio de una pila de cajones vacíos; un borracho vacilante se acercó canturreando, quiso patear al gato y cayó boca abajo a los pies del dibujo. Te fuiste lentamente, ya seguro, y con el primer sol dormiste como no habías dormido en mucho tiempo.


Esa misma mañana miraste desde lejos: no lo habían borrado todavía. Volviste al mediodía: casi inconcebiblemente seguía ahí. La agitación en los suburbios (habías escuchado los noticiosos) alejaban a la patrulla de su rutina; al anochecer volviste a verlo como tanta gente lo había visto a lo largo del día. Esperaste hasta las tres de la mañana para regresar, la calle estaba vacía y negra. Desde lejos descubriste otro dibujo, sólo vos podrías haberlo distinguido tan pequeño en lo alto y a la izquierda del tuyo. Te acercaste con algo que era sed y horror al mismo tiempo, viste el óvalo naranja y las manchas violetas de donde parecía saltar una cara tumefacta, un ojo colgando, una boca aplastada a puñetazos. Ya sé, ya sé ¿pero qué otra cosa hubiera podido dibujarte? ¿Qué mensaje hubiera tenido sentido ahora? De alguna manera tenía que decirte adiós y a la vez pedirte que siguieras. Algo tenía que dejarte antes de volverme a mi refugio donde ya no había ningún espejo, solamente un hueco para esconderme hasta el fin en la más completa oscuridad, recordando tantas cosas y a veces, así como había imaginado tu vida, imaginando que hacías otros dibujos, que salías por la noche para hacer otros dibujos.

3.9.09

La vida sigue

Pues la semana pasada anduve toda mal, triste, muy triste, incluso hasta el día de hoy todavía veía esas imagenes, él con ella, y yo sintiéndome mal por eso, y mal diciendo a los hombres y al amor, pero ya no más, porque eso de trabajar y trabajar y solo trabajar y ya no aceptar invitaciones ni nada, no bailar, no leer, no escribir y ausentarme de repente, no es bueno, para mí no lo es, para mi carácter no, no para mi forma de ser, para mi salud mental, no.

Voy a seguirme divirtiendo, como lo he hecho hasta ahora, leí en una frase en otro blog, divirtiéndome con el hombre equivocado, mientras llega el indicado, de cualquier forma es lo que estaba haciendo, si aunque yo creí que ya había llegado el efectivo , pero no, que bien que no me arriesgue de más y que tome mis precauciones, tome todo con cautela (aunque no sé si fue demasiada cautela) y me seguí divirtiendo con él y con otros, he de mencionarlo y descubrí que no él no es... bien no importa, ya no importa, la vida sigue y yo tambien seguire bailando, escribiendo leyendo...

Leyand

31.8.09

¿Y todo para qué? - Natalia Lafourcade

Va para tí I. R. Z.

29.8.09

Deseos...


Estas intentando dormir y en tu cama inerte te encuentras, a lo lejos escuchas una canción que te hace recordar cosas que te han sucedido y que ahora no terminas de comprender porque acabaron.

Comienzas entonces a ver a todo tu alrededor, todo es oscuridad y quietud te das cuenta de que el tiempo ha pasado tan lento que el día esta lejos de comenzar, pero tu mente aun alerta te agobia con ideas y recuerdos, tu cuerpo rendido se encuentra, pero tal pareciera que tu cerebro te pide un poco más de actividad, tal ves él ahora no desea soñar.

Entonces comienzas a dar rienda suelta a tus impulsos, bien, tienes pretensiones de verle de nuevo, pero te preguntas como hacerlo, sabes bien que no es amor lo que te hace desear estar de nuevo frente a esa persona, sabes bien que no es amor, es mas bien una mezcla de nostalgia y pasión, eso es, sabes que el amor que no le diste ya alguien más se lo da, y permitiste que se alejara mientras tú no hacías nada, sabes bien que quien estaba contigo se merecía algo mejor de lo que tu estabas y estas en disposición a ofrecer, pero como olvidarlo, como dejar esos labios que tanta pasión te dieron y de los que jamás dejaron de surgir palabras que te confortaban, nunca discutían pues no había nada que reclamar, ese es el tipo de ventajas que te da el tener relaciones en las que nada esta dicho y no tienes seguro como fue que comenzaron, eso y otras cosas,

Recuerdas su piel, ojos y la preciosa forma en que se movía, y miras sus dientes, su lengua, sus manos… escuchas su voz…

Sabes que ya no podrás jamás encontrar a alguien igual, y te das cuenta de lo que has dejado escapar, pero sigues reteniéndolo no lo dejas ir, ni quieres regresar ¿Y sabes porque? Por que sabes que junto a ti sufriría y piensas que eso que sabes dar es demasiado poco y que si no te arriesgas podrías perder a quien puede ser el amor de tu vida, si es que no lo has perdido ya…

LEYAND

26.8.09

SOLEDAD


En medio de la temible soledad me encuentro, es oscura, es triste, es serena, en medio de esta soledad es como me encuentro en paz.

Es una soledad acompañada, es mi oscuridad sin fin, es mi momento más cruel, el más desafiante, es mi encuentro con lo más terrible en mí.

Mi oscuridad, la cuido, la protejo, puesto que esta parte de mi vida es la que me hace sentir humano, porque veo que no hay perfección en mí...

Leyand



19.8.09

Fragmento



La noche que guardas en la mano, la noche que abres para acariciarme, me cubre como un manto navegable.


Voy hacia ti, lentamente. En la noche, el brillo de tus ojos me conduce. Veo tu rostro en ese sueño. Veo tu sonrisa. Me dices algo que no entiendo. Te ríes. Entonces me lo explicas con las manos, tocándome. Dibujas tu nombre en mi vientre, como un tatuaje, con letras por ti inventadas, que son caricias. Voy hacia ti, con infinita paciencia, como si un inmenso mar entero fuera la medida de este viaje. Voy de la orilla de mi cuerpo al tuyo. Tu sonrisa es mi viento favorable.


La noche en el hueco de tus manos canta como el mar, con furia. Llenas mi espalda con las huellas de un oleaje que entra suave y arañando se retira.


Entras en mis oídos dibujando caracoles marinos: dentro llevo ya tus tormentas, tus ciclones, tus abismos. Tus voces bajan ya por mi garganta. Entras también en mis ojos con tu mirada: los tuyos tienen el color cambiante del agua. Entras en mi pecho con el tuyo: la piel protesta haciendo remolinos. En la orilla más baja de mi vientre tus caderas dejan, una y otra vez, la curva más violenta de tus olas: bañas mis playas, las golpeas y las devoras. Tu espuma y la mía se mezclan, como mis labios y los tuyos.


Tu cuerpo de agua canta. Sus voces me llevan en su corriente. En la noche de tus manos visito todos tus sueños. Déjame contarte con las manos los míos.

Anonimo

Se Esconden

De noche se esconden todos los sucesos, las alegrías, las heridas...
se esconden para dar paso a los sueños que narran los deseos más profundos,
se esconde las caricias, los besos, las mordidas...
se esconden para recrear otras nuevas
y para hacer la espera de volver a verte mucho más ligera.

Leyand

17.8.09

Dame un Beso Grande

Ven siéntate a mi lado,
No quiero hablar de amor,
No quiero que te enteres,
Que hay en mi corazón.


Repíteme tu nombre,
Con la más dulce voz,
Y dime, que te mueres,
Por abrazarme amor.


Y dame un beso grande,
Muy grande, grande, grande,
Como hace ya mil labios,
No había besado yo.


Y dame lo que quieras,
Y no me hagas promesas,
Que quiero descubrirte,
En esta habitación.


Hoy no, tomes tú tiempo,
Que no lo tengo yo,
No quiero, convencerte,
De nada, y por favor.


No, no me digas TE QUIERO,
No me hace falta hoy,
Solo quiero perderme,
En tus ojos de sol.


Y dame lo que queda,
Al final, de la escalera,
Enciérrame en tu cuerpo,
Y no en tu corazón.

Y dame un beso grande.
E. Oceransky